2006
En mi habitación, cuando apago la luz y casi todo está en silencio y tengo un pie en cada mundo, hago examen de conciencia y el cerebro es como un kamikaze, surge el tema: ellos y yo, yo y ellos, ellos, yo... Las combinaciones son múltiples, pero los ingredientes son los mismos, sólo varían las dosis. Para mí, el amor, las relaciones, son una adicción. Pasé del “Mi mamá me mima. Yo mimo a mi mamá” a convertirme en un yonqui sentimental, a transformar todo esto en el primer café de la mañana o el cigarro de después de comer. Algo que ha pasado a ser un hábito, que sin darte cuenta forma parte de tu vida diaria. Por todo ello, esto no es un espectáculo, no cuenta una historia, si acaso pedacitos de muchas. En el fondo esto no es más que eso, un recuento en voz alta de algunas historias que ya no sé si he vivido, pero que casi estoy seguro de saberlas de memoria.
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La prensa ha dicho
“Estar sola en escena durante una hora requiere mucha valentía. Hablar de algo que es una parte indiscutible de una misma, también. El montaje es como un despliegue de pequeñas intimidades, ordenadas una detrás de otra y vinculadas a la idea del yo y los otros. Hay espacio para profundizar más, para explotar mejor los recursos escénicos no dejándose llevar tanto por el efecto como por el contenido de lo que se está tratando. Aunque ella comparte sus noches de insomnio y sus momentos de alegría y eso se agradece mucho.”
Javier Tirado. QRLA.